Te apuntaste porque no entendías el manual
y descubriste una afición.
Te apuntaste porque querías sacar partido al iphone
y terminaste en el club de fotografía.
Te apuntaste para no ser un jubilado más
y te diste cuenta que tenías vista para los encuadres.
Te apuntaste porque te regalaron una cámara
y al cabo de tres clases le dijiste al fotógrafo:
la luz gana con la sombra.
Te apuntaste para mejorar tu nivel
y lo conseguiste. Tú.